Los próximos dos años serán decisivos para la evolución de Bitcoin hacia un sistema económico global plenamente formado, según Kyle Ellicott, director ejecutivo de la Stacks Asia Foundation, quien también advirtió que la mayor amenaza no es técnica.
Es que los desarrolladores y los constructores de L2 de Bitcoin no están presentes en las salas regulatorias donde se están redactando las reglas futuras para el ecosistema, dijo en una entrevista con Yellow.com.
Ellicott sostiene que Bitcoin está pasando de una narrativa de “reserva de valor” a una capa económica productiva, con el valor total bloqueado pasando de unos 300 millones de dólares en 2023 a casi 10.000 millones en 2025.
La demanda institucional, las reservas soberanas y la expansión de los préstamos, el staking y los rollups basados en Bitcoin han acelerado ese cambio.
Pero afirma que esta fase de crecimiento requiere coordinación con los reguladores, y no solo cumplimiento a posteriori.
Señala a Estados Unidos, Japón, Corea, Vietnam y los EAU como ejemplos de regiones donde la política ha girado claramente a favor de la participación en Bitcoin.
Japón está reevaluando su régimen fiscal del 55 % sobre activos digitales.
Estados Unidos ha cambiado de rumbo con un amplio apoyo a productos financieros centrados en Bitcoin. En Abu Dabi, ADGM creó un marco DLT que Ellicott describe como “flexible y orientado al futuro”, moldeado mediante la colaboración directa con participantes de la industria.
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Añadió además que tanto Stacks como la Stacks Asia DLT Foundation están activamente “en la sala”, señalando que la Fundación tiene su sede en ADGM específicamente para participar en el marco DLT, y que Stacks tiene un historial de colaboración regulatoria, incluida su oferta de tokens Reg A+ de 2019 con la SEC y la posterior carta de no acción de 2024 que confirmó su cumplimiento.
Sin la participación temprana de más fundadores y desarrolladores de todo el ecosistema más amplio de Bitcoin, existe el riesgo de que las políticas se definan sin entender cómo los desarrolladores realmente crean, implementan o aseguran aplicaciones.
“Si no estás en la sala ayudando a establecer esa base, puede ser una gran lucha”, dijo, añadiendo que esta brecha podría definir las trayectorias de adopción en Asia y Oriente Medio.
Ellicott enmarca esto como una repetición de las lecciones de la primera era de la Web2, cuando empresas como Uber se lanzaron a nuevos mercados solo para descubrir estructuras regulatorias que no coincidían con las suposiciones de sus productos.
Para Bitcoin, las apuestas son más altas: un activo de dos billones de dólares, más de 20 millones de usuarios que poseen más de un dólar en BTC y crecientes expectativas de funcionalidad programable.
Cree que la ventana se está estrechando.
Los próximos dos años, afirma, dependerán de si los constructores deciden relacionarse directamente con los responsables de las políticas o permanecen al margen mientras los reguladores fijan las condiciones de la próxima fase de Bitcoin.
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