El director financiero de la Fundación COTI, Yair Lavi, prevé que la primera gran ola de migración institucional a cadenas de bloques públicas comience en 2026, y sostiene que este cambio requerirá una nueva categoría de “privacidad programable” que los zero-knowledge systems aún no son capaces de soportar a escala.
En una entrevista con Yellow.com al margen de la Binance blockchain week, Lavi afirmó que las empresas, los bancos centrales y las instituciones médicas reconocen cada vez más que la privacidad debe evolucionar más allá del anonimato.
“La gente se da cuenta de que, hasta hace poco, la privacidad en blockchain significaba anonimato, lo cual no funciona con la adopción masiva”, señaló. En cambio, las instituciones necesitan una privacidad selectiva y granular que oculte solo partes específicas de una transacción o del flujo de una aplicación.
Lavi argumentó que la tecnología de circuitos ofuscados (garbled circuits) se adapta mejor a casos de uso emergentes como la inferencia de IA cifrada y el procesamiento confidencial de datos médicos.
Señaló que COTI está realizando una prueba piloto de un proyecto de datos médicos con un importante hospital israelí, y afirmó que la información médica “no puede permanecer en la blockchain sin seguridad ni privacidad”, y que los sistemas ZK “no manejan esta cantidad de datos” ni el cómputo necesario para las cargas de trabajo de IA.
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La fundación considera que la privacidad programable será esencial a medida que los conjuntos de datos generados por IA y las aplicaciones on-chain sigan creciendo. También recalcó que las empresas y los usuarios no adoptarán soluciones de privacidad específicas de una sola cadena.
“Los usuarios finales y las empresas no quieren soluciones centradas en una cadena”, dijo Lavi, y añadió que la infraestructura de privacidad tendrá que funcionar en ecosistemas como Ethereum, Solana y Cardano.
COTI ya ha lanzado una beta de una capa de privacidad universal y agnóstica a la cadena e integró transacciones confidenciales en MetaMask para alinearse con las herramientas que las instituciones ya utilizan.
Lavi describió la lenta adopción empresarial actual como un cuello de botella estructural: las instituciones no han adoptado cadenas públicas porque la privacidad no estaba disponible y, al mantenerse fuera de las cadenas públicas, nunca se enfrentaron al conjunto completo de requisitos de privacidad.
Espera que este punto muerto se rompa a medida que más programas de activos del mundo real, actividad de ETF y pilotos de bancos centrales empujen a las instituciones hacia entornos públicos.
Las stablecoins acelerarán esta transición, añadió, señalando su volumen de liquidación en rápido crecimiento y la necesidad de confidencialidad conforme a la normativa en remesas, pagos corporativos y sistemas impulsados por IA. A medida que EE. UU., la UE y el Reino Unido avanzan en los marcos de stablecoins, Lavi afirmó que las capas de liquidación con privacidad se volverán centrales para la adopción futura.
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