La Cámara de Representantes de EE.UU. ha puesto un freno a los planes de la Reserva Federal para una moneda digital del banco central (CBDC). Qué sorpresa después de todos estos años de interminables discusiones, ¿verdad? Los críticos de la idea misma de un dólar digital pueden alegrarse.
El proyecto de ley prohíbe a la Fed emitir una CBDC. Y fue aprobado con una sólida mayoría, Coindesk señala.
El representante Tom Emmer, un crítico vocal del dólar digital, argumenta que una CBDC podría socavar la privacidad financiera. Teme que se concentre demasiado poder en manos del gobierno federal.
La decisión de la Cámara marca una significativa oposición a la tendencia creciente. Muchos países alrededor del mundo están avanzando rápidamente.
Solo hay que mirar al Banco Central Europeo y al Banco Popular de China con sus iniciativas de moneda digital. América aún se queda atrás, como todos vemos ahora. Y no hay señales de que EE.UU. se ponga al día.
El éxito del proyecto de ley en la Cámara muestra el escepticismo entre los legisladores sobre las ambiciones digitales de la Fed. Muchos de ellos temen que hablemos de un futuro orwelliano. Dicen que una CBDC emitida por la Fed podría llevar a una mayor vigilancia y control sobre las transacciones financieras de los individuos.
Los defensores de una CBDC tienen una respuesta decente aquí. Creen que podría modernizar el sistema financiero, haciendo las transacciones más eficientes y seguras.
Sin embargo, el futuro de este proyecto de ley es cualquier cosa menos cierto. Ahora se dirige al Senado, donde las dinámicas son más complejas.
El debate sobre las CBDC no se trata solo de tecnología; se trata de confianza. Confianza en el gobierno, en el sistema financiero y en el equilibrio entre innovación y privacidad. A medida que el Senado se prepara para abordar el proyecto de ley, estos temas sin duda alimentarán discusiones acaloradas.
Por ahora, la Cámara ha dejado clara su postura. El dólar digital de la Reserva Federal está en espera. Lo siento, amigos, pero estamos a punto de dejar que China avance. Hacia un futuro orwelliano, probablemente. Pero eso está por verse.