En anticipación de la inminente inauguración de Donald Trump, la especulación es intensa sobre la posibilidad de que una Reserva de Bitcoin de EE. UU. sea ordenada mediante una orden ejecutiva poco después de que asuma el cargo. La idea, aunque intrigante, sigue siendo especulativa pero ha capturado la atención de la comunidad cripto, que actualmente experimenta una calma inusual.
A medida que Trump se prepara para regresar al cargo, los paisajes político y cripto parecen haber alcanzado un estancamiento temporal. Están ausentes las habituales protestas y disturbios, sin que ni la izquierda ni la derecha realicen manifestaciones públicas significativas. En contraste, el mercado de criptomonedas permanece estancado, con poco movimiento y menos drama.
Las reacciones más duras se han limitado a diatribas en línea y renovaciones de redes sociales.
¿Qué deparará el futuro?
Las especulaciones se desbordan, desde valores de Bitcoin en alza hasta turbulencias geopolíticas o incluso una actuación de Kanye West en D.C.
En medio de estas especulaciones, las discusiones se intensifican en torno a posibles órdenes ejecutivas que podrían cambiar drásticamente el enfoque hacia la regulación del blockchain y las criptomonedas. La atmósfera de anticipación y ansiedad está permeando las conversaciones de la industria.
Se espera que la administración de Trump priorice el establecimiento de un consejo presidencial de criptomonedas junto con una Reserva de Bitcoin. Los informes sugieren que este consejo podría estar compuesto por 20 figuras significativas de la industria, como CEOs y fundadores de importantes empresas de criptomonedas y blockchain. Este movimiento subraya una intención proactiva de estimular la innovación y gestionar la supervisión en la esfera de los activos digitales.
Liderando la iniciativa, Bo Hines, una cara relativamente nueva en las criptomonedas con 29 años, ha estado contactando a los líderes de la industria para obtener sus perspectivas. Esta fase de consulta podría sentar las bases para un marco de política colaborativa y acelerar medidas regulatorias favorables.
Otra acción anticipada es la revocación ejecutiva de SAB 121, una regla controvertida que limita a los bancos estadounidenses de poseer criptomonedas. A pesar de que el Congreso aprobó una derogación la primavera pasada, el presidente Biden la vetó, manteniendo las restricciones. Que Trump revoque esta regla podría cambiar drásticamente el acceso a la banca tradicional para las empresas y proyectos de criptomonedas.
The Washington Post informa sobre la intención de Trump de derogar SAB 121 en su primer día en el cargo. Este paso podría eliminar barreras para la banca convencional, estimulando reformas más amplias y posicionando a las criptomonedas americanas más cerca de un papel de liderazgo global.
El equipo económico de Trump también está evaluando tarifas incrementales para ayudar en las negociaciones con socios comerciales globales. Estas tarifas, aunque dirigidas a bienes tradicionales, podrían afectar indirectamente a los mercados de criptomonedas al inyectar volatilidad en el comercio de divisas, aumentando así el atractivo de las soluciones financieras descentralizadas.
La orden ejecutiva de criptomonedas de Trump 2025 tiene el potencial de ser un momento transformador para la industria. Las señales iniciales apuntan a una administración que valora la colaboración, la reducción de la regulación y el impulso por la supremacía global.
Ya sea que estos cambios sean aceptados o contestados, el impacto de su presidencia en la estrategia blockchain de Estados Unidos podría ser profundo.