Bitcoin se desplomó por debajo de los 84.000 dólares el lunes, cuando la sesión asiática desencadenó una cascada de liquidaciones que borró casi 140.000 millones de dólares del mercado de criptomonedas y reavivó las dudas sobre si el activo digital puede terminar 2025 en territorio positivo.
La mayor criptomoneda por capitalización de mercado cayó hasta los 83.814 dólares en Bitstamp, con pérdidas diarias superiores al 7%, mientras los operadores de Wall Street regresaban del Día de Acción de Gracias y se encontraban con unos mercados cripto bajo una fuerte presión. Más de 600 millones de dólares en posiciones apalancadas fueron liquidadas en 24 horas, según datos de CoinGlass, con aproximadamente 400 millones barridos en una sola hora durante la sesión asiática.
La ola vendedora se produce en medio de la convergencia simultánea de múltiples vientos macroeconómicos en contra. El gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, señaló el lunes que el banco central está considerando subir las tasas de interés en su reunión del 18‑19 de diciembre, enviando ondas de choque a los mercados de activos de riesgo. Tras sus comentarios, los mercados pasaron a descontar una probabilidad del 76% de una subida de tasas, frente al 58% previo al discurso.
Sumando presión sobre el mercado cripto, el protocolo DeFi Yearn Finance sufrió un exploit de 9 millones de dólares durante el fin de semana, cuando atacantes explotaron una vulnerabilidad de acuñación infinita en su contrato yETH. Aproximadamente 1.000 ETH, por un valor cercano a 3 millones de dólares, se canalizaron a través del mezclador de privacidad Tornado Cash, alimentando la ansiedad del mercado sobre las vulnerabilidades de seguridad en las finanzas descentralizadas.
Qué pasó
La caída de Bitcoin se aceleró a medida que las condiciones de baja liquidez amplificaron la presión vendedora. La criptomoneda descendió desde niveles del fin de semana por encima de los 90.000 dólares, poniendo a prueba el soporte crítico de 86.000 dólares antes de romper a la baja hasta 83.814 dólares en el exchange Bitstamp.
La firma de trading QCP Capital señaló en su informe de mercado que «la venta masiva fue desencadenada por una serie de noticias bajistas en toda Asia», apuntando al posible incremento de tasas en Japón, la escasa liquidez del mercado tras el feriado de Acción de Gracias en Estados Unidos y la especulación sobre las tenencias de bitcoin de Strategy como factores clave que lastraron los precios.
El momento de la venta coincidió con el fin formal del endurecimiento cuantitativo por parte de la Reserva Federal el 1 de diciembre, lo que en teoría debería apoyar a los activos de riesgo al mejorar las condiciones de liquidez. Sin embargo, el impacto inmediato quedó eclipsado por las presiones macro internacionales.
El exploit de Yearn Finance añadió más combustible al fuego. Los atacantes acuñaron 235 billones de tokens yETH a través de una vulnerabilidad matemática en la función de resolución de Newton‑Raphson del protocolo y luego vaciaron pools de Balancer de ETH real y derivados de staking líquido. El protocolo confirmó que solo se vieron afectados los productos yETH heredados, mientras que las bóvedas V2 y V3 se mantuvieron seguras.
Los indicadores de mercado dibujaron un panorama bajista. La prima de Coinbase, que mide las diferencias de precio entre Coinbase y otros exchanges, se volvió negativa tras solo tres días de lecturas positivas, señalando una reducción de la presión compradora institucional estadounidense.
El volumen de negociación de Bitcoin en 24 horas se disparó un 46% hasta 55.000 millones de dólares a medida que se intensificó la venta, y la capitalización de mercado de la criptomoneda cayó hasta aproximadamente 1,7 billones de dólares. El activo digital cotiza ahora un 32% por debajo de su máximo histórico de octubre, de 126.210 dólares.
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Por qué importa
La venta masiva del 1 de diciembre marca una prueba crítica para la trayectoria de rendimiento de Bitcoin en 2025. QCP Capital enfatizó que «las próximas sesiones serán fundamentales para determinar si BTC puede cerrar 2025 en verde», resaltando la importancia psicológica de mantener niveles de soporte por encima de los 85.000 dólares.
Los traders técnicos identificaron los 85.200 dólares como un umbral crucial. El popular trader Killa advirtió a sus seguidores que perder este nivel mantendría la estructura del mercado «en territorio bajista», mientras que recuperar la apertura semanal previa en 86.800 dólares podría señalar un renovado impulso alcista.
La convergencia de factores macro crea un entorno complejo para los mercados de criptomonedas. Si bien el fin del endurecimiento cuantitativo por parte de la Fed debería, en teoría, apoyar a los activos de riesgo al estabilizar las reservas bancarias y mejorar la liquidez del mercado, el giro agresivo del Banco de Japón representa un importante viento en contra para los mercados globales.
El posible aumento de tasas en Japón desde su referencia actual del 0,50% supondría la continuación de la salida del país de décadas de política monetaria ultraacomodaticia. El gobernador Ueda enfatizó que retrasar demasiado los ajustes de tasas podría provocar una fuerte inflación y forzar cambios rápidos de política, lo que sugiere que el banco central se prepara para actuar a pesar de la volatilidad del mercado.
Para los inversores en criptomonedas, el exploit de Yearn Finance sirve como recordatorio de los persistentes riesgos de seguridad en las finanzas descentralizadas. El incidente pone de relieve cómo las vulnerabilidades heredadas en contratos inteligentes pueden desencadenar presión vendedora en todo el mercado, especialmente cuando se combinan con condiciones macro desfavorables.
Algunos participantes del mercado ven oportunidad en la debilidad. El trader cripto Michaël van de Poppe describió la negociación de Bitcoin por debajo de los 90.000 dólares como «una oportunidad enorme para acumular posiciones baratas», argumentando que el mercado está formando un suelo que requiere tiempo para consolidarse.
Sin embargo, las previsiones bajistas han ganado tracción. El trader Roman calificó un retorno a los 50.000 dólares como «inevitable», mientras que el veterano analista Peter Brandt sugirió zonas de soporte que se extienden hasta la franja media de los 40.000 dólares, alimentando la preocupación por correcciones más profundas.
La criptomoneda sigue acumulando una subida cercana al 90% en lo que va de año a pesar de la caída del lunes, aunque ha retrocedido alrededor de un 28% desde su máximo de octubre. Que Bitcoin logre defender los niveles de soporte actuales y recuperarse de cara al cierre de año dependerá probablemente de la rapidez con la que se disipen las presiones macro en Asia y de si la demanda institucional estadounidense regresa a través de los flujos hacia ETF spot de Bitcoin.
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