Las autoridades de EE.UU. han acusado a 18 individuos y entidades en una redada masiva contra el fraude de criptomonedas. El FBI incluso creó su propio token en una operación encubierta a gran escala.
Los cargos, revelados en Boston, apuntan a líderes de cuatro empresas de criptomonedas y cuatro firmas de servicios financieros de criptografía. Los fiscales alegan manipulación de mercado generalizada y esquemas de "trading ficticio".
Cuatro acusados ya se han declarado culpables. Otros tres fueron arrestados esta semana en Texas, el Reino Unido y Portugal. Las autoridades han incautado más de $25 millones en criptomonedas y desactivado múltiples bots de trading.
Los esquemas alegados involucraron la creación de operaciones simuladas para inflar artificialmente los precios de los tokens. Esta táctica de "pump and dump" atrajo a inversores incautos. Una empresa, Saitama, alcanzó brevemente un valor de mercado de varios miles de millones de dólares. Supuestamente, las empresas de criptomonedas contrataron formadores de mercado para realizar operaciones ficticias, lo que creó la ilusión de actividad genuina en el mercado. Un acusado describió el objetivo como encontrar "otros compradores de la comunidad, personas de las que no sabes o no te importan".
Los cargos abarcan múltiples nacionalidades. Aleksei Andriunin, un ruso de 26 años arrestado en Portugal, supuestamente dirigía el formador de mercado Gotbit. El británico-hongkonés Riqui Liu, de 26 años, trabajaba para ZM Quant. Andrey Zhorzhes de los Emiratos Árabes Unidos representaba a CLS Global.
Saitama, una empresa de criptomonedas incorporada en Massachusetts, enfrenta acusaciones significativas. Su CEO británico, Manpreet Kohli, de 43 años, fue arrestado en el Reino Unido. El vietnamita Nam Tran, de 32 años, también está acusado pero sigue prófugo.
El Fiscal de EE.UU. Joshua Levy lo llamó "un claro recordatorio de cuán vigilantes deben ser los inversores en línea". Advirtió que combinar "tecnología innovadora" con viejas tácticas de pump-and-dump sigue siendo fraude. El FBI dio un paso sin precedentes en la investigación, creando su propio token y empresa de criptomonedas para identificar a los estafadores. La Agente Especial del FBI Jodi Cohen lo describió como "un nuevo giro a los viejos delitos financieros".
Los cargos incluyen fraude electrónico, manipulación de mercado y conspiración. Las penas máximas varían de 5 a 20 años de prisión. Las multas podrían alcanzar los $5 millones o el doble de la ganancia o pérdida bruta del delito.
La SEC ha presentado demandas civiles paralelas contra varios acusados. El caso involucró cooperación internacional, incluida la asistencia de las fuerzas del orden en Portugal y el Reino Unido.