El mercado de valores de EE.UU. está listo para dar la bienvenida a su primera empresa nacida del cripto en el S&P 500. Coinbase (COIN), el mayor intercambio de criptomonedas que cotiza públicamente en los Estados Unidos, será añadido al influyente índice de referencia el 19 de mayo, reemplazando a Discover Financial Services tras su adquisición por parte de Capital One.
El anuncio, realizado por S&P Dow Jones Indices el 13 de mayo, provocó una reacción inmediata del mercado: las acciones de Coinbase aumentaron más del 8% en las negociaciones fuera de horario, alcanzando $225, después de ganar casi un 4% durante la sesión regular.
La inclusión de Coinbase en el S&P 500 marca un momento significativo no solo para la empresa sino también para la relación más amplia de la industria cripto con las finanzas tradicionales. Por primera vez, una empresa enfocada en cripto formará parte de un índice que representa más de 15 billones de dólares en capitalización de mercado y que sirve como base para otros billones en productos de inversión pasiva, ETF, pensiones y carteras institucionales. Este movimiento indica una normalización institucional creciente de las acciones relacionadas con cripto, incluso cuando las presiones regulatorias y la volatilidad continúan definiendo el sector.
Ser añadido al S&P 500 implica un cambio estructural en cómo se comercian las acciones de Coinbase. Muchos fondos que siguen el índice y cuentas de jubilación ajustan automáticamente sus tenencias para coincidir con la composición del S&P 500. Los analistas estiman que la inclusión podría llevar a un aumento significativo en el volumen de negociación diaria de COIN debido a las entradas de fondos pasivos y la actividad de reequilibrio de carteras institucionales. Según algunos estrategas, la cotización en el S&P podría provocar que la demanda de fondos de índice multiplique los volúmenes de negociación diaria entre 5 y 7 veces.
Estos flujos mecánicos no reflejan necesariamente el sentimiento de los inversores hacia los fundamentos de Coinbase, pero subrayan cuán integrada se ha vuelto la bolsa en los sistemas financieros convencionales. Con casi 53 mil millones de dólares en capitalización de mercado y una cotización principal en Nasdaq, Coinbase ahora ha asegurado un lugar junto a grandes jugadores tecnológicos y financieros como Apple, Microsoft, JPMorgan y Goldman Sachs.
Un cambio simbólico para el cripto en los mercados públicos
El ascenso de Coinbase a la inclusión en el índice llega en un momento en que el mercado de activos digitales en general está experimentando un renovado interés tanto de inversores minoristas como institucionales. Bitcoin recientemente superó el hito de capitalización de mercado de 2 billones de dólares, con precios que superaron los 100,000 dólares, un movimiento que coincidió con un aumento en la actividad de nuevas billeteras, lo que sugiere una ola de inversores novatos en cripto ingresando al mercado.
Aunque el interés minorista está repuntando, el análisis en cadena muestra que el impulso de los comerciantes profesionales sigue contenido. Los datos de Glassnode destacan que mientras el "RSI de Primer Comprador" se mantiene fuerte en 100, indicando una demanda nueva sostenida, el "RSI de Comprador de Momento" está atascado en un bajo 11. Esta divergencia sugiere que a pesar del entusiasmo de los nuevos participantes, los jugadores experimentados están avanzando con cautela, probablemente temerosos de condiciones de sobrecompra y posibles correcciones de precios.
Este sentimiento institucional cauteloso puede explicar por qué la inclusión de Coinbase en el S&P 500 es recibida tanto con optimismo como con escrutinio analítico. Por un lado, la adición al índice legitima a las empresas cripto como serias contendientes en el ecosistema financiero más amplio. Por otro, plantea preguntas sobre la sostenibilidad y valoración en una industria que todavía lucha con una importante incertidumbre regulatoria, riesgos técnicos y flujos de ingresos volátiles.
Desempeño financiero mixto y expansión estratégica
Los recientes resultados de Coinbase destacan la dualidad de su posición actual. El intercambio reportó un ingreso neto de 65.6 millones de dólares para el último trimestre, un repunte notable de las pérdidas recientes pero aún una fracción del beneficio de $1.18 mil millones que registró durante el pico del último mercado alcista. Los ingresos aumentaron un 24% interanual a $2.03 mil millones, impulsados en parte por el creciente interés institucional y actividad comercial vinculada a la recuperación del mercado.
Es importante destacar que esta rentabilidad ayudó a Coinbase a cumplir con uno de los requisitos críticos para ser elegible al S&P 500: beneficios positivos en el trimestre más reciente, así como a lo largo del último año. A pesar de los desafíos regulatorios en curso, incluido su pleito legal con la SEC, Coinbase ha logrado mantener un sentimiento positivo entre los inversores, gracias en parte a una base diversificada de ingresos y una estrategia de crecimiento internacional.
Un signo de este impulso global es la propuesta de adquisición de Deribit por $2.9 mil millones, un importante intercambio de derivados de criptomonedas con sede en Dubái. Si se completa, el acuerdo sería uno de los movimientos de fusiones y adquisiciones más grandes en la historia del cripto, señalando la intención de Coinbase de expandirse más allá del comercio al contado hacia el mercado de derivados más lucrativo y complejo. Los derivados ahora representan más del 75% del volumen global de comercio cripto, y la entrada de Coinbase en este espacio podría posicionarlo mejor para competir con jugadores como Binance, OKX y Bybit.
Inclusión en el S&P: No es una panacea
Aunque la inclusión en el S&P 500 es indudablemente simbólica, no protege a Coinbase de los problemas estructurales que enfrenta el sector del cripto o la empresa misma. La firma sigue bajo escrutinio regulatorio en EE.UU., enfrentando una demanda de alto perfil de la SEC por presuntas ofertas de valores no registrados. Aunque el caso está en curso, su resultado podría tener implicaciones a largo plazo no solo para el modelo de negocio de Coinbase sino también para el estatus legal más amplio de los activos digitales en EE.UU.
Además, la volatilidad en los volúmenes de negociación, el principal impulsor de ingresos de Coinbase, sigue siendo una preocupación. La actividad comercial puede fluctuar drásticamente según los ciclos del mercado cripto, y la compañía aún no ha establecido fuertes flujos de ingresos recurrentes fuera de las tarifas de transacción, aunque sus esfuerzos en servicios de participación, custodia y productos de suscripción están en curso.
La adición al S&P tampoco borra la subrendimiento de las acciones de COIN en relación con los mercados cripto. Mientras que Bitcoin ha aumentado más del 10% en lo que va del año, las acciones de Coinbase han bajado un 17%, reflejando las preocupaciones del mercado sobre los vientos en contra regulatorios, la ejecución operativa y la presión competitiva.
La integración del cripto continúa a pesar de la ambigüedad política
La incorporación de Coinbase al S&P 500 llega durante un período políticamente volátil para el cripto en EE.UU. Con la administración del presidente Joe Biden persiguiendo un enfoque más agresivo liderado por la ejecución en el sector, y el expresidente Donald Trump señalando simpatía hacia el cripto antes de las elecciones de 2024, el futuro dirección regulatoria sigue siendo incierta.
Sin embargo, movimientos como la inclusión en el S&P 500 y la reasignación institucional hacia activos vinculados al cripto sugieren que, a pesar de los desafíos legales a corto plazo, la tendencia a largo plazo es hacia una mayor integración del cripto en los sistemas financieros convencionales. Para los inversores institucionales, los gestores de activos y los operadores de fondos de jubilación, la adición de Coinbase al S&P 500 puede actuar como una puerta de entrada de facto a la exposición al cripto, lo quieran o no.
Reflexiones finales
La próxima adición de Coinbase al S&P 500 representa un momento clave en la convergencia en curso entre las instituciones financieras tradicionales y las empresas de activos digitales. Si bien la inclusión ofrece el potencial de entradas estructurales y una legitimidad mejorada, también magnifica el escrutinio al que se enfrentará Coinbase a medida que se convierta en parte de la infraestructura de inversión utilizada por millones de estadounidenses.
Combinado con un mercado cripto en resurgimiento, un creciente interés minorista y una continua cautela institucional, el desarrollo indica que el cripto ya no es periférico: se está convirtiendo en un componente central del sistema financiero, con todos los riesgos, supervisión y expectativas que conlleva.
Sin embargo, para inversores, reguladores y competidores por igual, el debut de Coinbase en el S&P 500 es menos una declaración de victoria y más una prueba de fuego: ¿puede una empresa nacida en el cripto prosperar bajo las mismas restricciones y expectativas que los gigantes de Fortune 500 a los que ahora se une?